La importancia del abonado en el bonsái

Muchas veces, la típica pregunta del principiante del mundo del bonsái es: ¿Por qué está amarillo mi árbol? Las posibles respuestas son muchas: exceso de riego, desequilibrios nutricionales, enfermedades… Por eso en este articulo vamos a explicaros la importancia del abonado en el bonsái.

Pero como siempre, todo depende de la especie de planta que nos traemos entre manos: no todas necesitan la misma luz ni la misma agua y también cada especie tiene unos requerimientos nutricionales determinados que, dicho sea de paso, de decidirnos a cumplir a rajatabla podrían llegar a volvernos locos.

«El alimento es imprescindible para la vida»

Precisamente para no volvernos locos las composiciones de los diferentes fertilizantes se ajustan a unas necesidades generales válidas para la mayoría de plantas: pueden complementarse con algún elemento que hará que aquella determinada especie reciba de manera mucho más exacta lo que necesita.

En cualquier caso, para llegar a este punto de corrección es necesario tener años de experiencia siguiendo el día a día de la planta y observado los cambios estacionales que le acaecen. O como mínimo, tener algunos conocimientos teóricos de botánica y fisiología vegetal, que por qué no decirlo, pueden suplir parte de la experiencia acumulada con años de observación.

A la hora de elegir un fertilizante debemos prestar atención en el equilibrio entre nitrógeno y potasio. La relación que aparece en cualquier fertilizante comercial, generalmente es entre nitrógeno, fósforo y potasio.

De momento, podemos dejar de lado el fósforo y pensar únicamente en términos de relación entre nitrógeno (N) y potasio (K). Si pretendemos hacer crecer nuestro bonsái con rapidez, debemos buscar una relación N:K alta, es decir, mucho nitrógeno y poco potasio. Esta situación puede darse, por ejemplo, cuando se ha modelado un prebonsái y queremos que sus ramas cojan vigor con celeridad. El nitrógeno es un elemento que favorece el alargamiento de los brotes.

En cambio para un bonsái ya formado, el equilibrio N:K ha de ser compensado, ya que una tasa de crecimiento elevada repercutirá en más pinzados.

Por último, la relación N:K baja (poco nitrógeno y mucho potasio) será adecuada para preparar la llegada del invierno. No pretendemos entrar en el tema del fósforo porque sus funciones y relaciones con los otros dos elementos son algo más complejas; sólo mencionar que un fertilizante que contenga cantidades elevadas de fósforo y bajas de nitrógeno y potasio puede usarse unos meses antes de que se produzca la floración, ya que el fósforo es un elemento que favorece tal proceso.

La relación entre los tres elementos básicos es fácilmente inteligible al hablar de fertilizantes químicos, ya que viene diseñada por el fabricante.

En el caso de los fertilizantes orgánicos averiguar esta relación es mucho más difícil, porqué se basan en materia orgánica que una vez descompuesta es usada como fuente de elementos nutricionales. La procedencia de la materia orgánica (estiércol, restos vegetales…) así como el estado de descomposición hacen que sea difícil expresar un equilibrio exacto. No obstante, en líneas generales sí se pueden predecir una relación que es suficientemente fiable como para no tener problemas con nuestro bonsái.

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